jueves, 28 de agosto de 2014

Cambio climático en la Península de Azuero, Panama



Francisco Rivas Ríos.

La extrema variabilidad climática.
La sequía no es el unico problema que enfrenta la Región de Azuero, como resultado del cambio climático. Dos noticias contrastantes explican las consecuencias de la extrema variabilidad climática resultante de este fenómeno.

La primera noticia fue publicada por el periódico El Siglo el 8 de abril de 2015, bajo el siguiente título: “El Estivaná agoniza, temen quedar sin agua”. La segunda fue publicada en La Prensa el 8 de septiembre de 2015 con el título: “Dos mil personas afectadas. Crecida de río afecta suministro deagua en Los Santos" .

En la primera noticia el Director Regional del IDAAN, Melquiades Zambrano, afirmó que “no se puede garantizar que el río Estivaná –durante los próximos veranos– suministre el caudal suficiente para abastecer la población de Llano de Piedras”. Ante esta situación informó que se habilitaría un pozo de 420 pies de profundidad de 200 galones por minutos para abastecer a esta población.

Mientras tanto, el 8 de septiembre de 2015 La Prensa reportó que: “Una fuerte creciente del río Estivaná mantiene a más de 2 mil residentes del poblado de Llano de Piedras, en la provincia de Los Santos, sin agua debido a que se rompieron las tuberías del pozo que abastece el lugar. Se trata del tramo de tubería que está por encima del vado sobre el mencionado río en la vía Llano de Piedras-El Faldar, el cual resultó afectado por la crecida”. En esta oportunidad se indica que la tubería de cuatro pulgadas calibre 40 fue reventada, por lo que enviaron un personal de mantenimiento de la institución para repararla.
 

Ambas noticias son la muestra de una de las características del cambio climático: el impacto de actividades humanas insostenibles, a las que se suma la variabilidad natural del clima. Es importante recordar la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMCC), en su Artículo 1, define cambio climático como un cambio de clima atribuido directa o indirectamente a la actividad humana que altera la composición de la atmósfera mundial y que se suma a la variabilidad natural del clima observada durante períodos de tiempo comparables.
 
La variable natural (Arco Seco) y la degradación ambiental.
La variabilidad climática natural derivada del patrón climatológico conocido como el “Arco Seco”, consiste en pronunciadas temporadas de sequía y escasez de lluvia incluso en periodos que en otras regiones del La variabilidad climática natural derivada del patrón climatológico conocido como el “Arco Seco”, consiste en pronunciadas temporadas de sequía y escasez de lluvia incluso en periodos que en otras regiones del país están en la temporada lluviosa. La región del Arco Seco posee una extensión de 1, 070,803.80 hectáreas, 263,624 habitantes y una densidad de 25 habitantes por kilómetro cuadrado.  Incluye las Provincias de Coclé, Herrera y Los Santos.

Al impacto de las características climáticas propias del “Arco Seco”, la subcuenca del Río Estivaná, por ejemplo, suma un proceso de deforestación incontrolada, con un fuerte incremento de las tasas de erosión, surgiendo el riesgo de desertificación. En la subcuenca se puede constatar una insuficiente protección de los bosques de galería y zonas de recarga hídrica. La deforestación continúa para dar paso a la ampliación de una frontera agropecuaria no sustentable, lo que ocasiona erosión, degradación y desertificación de suelos.

Adicionalmente, el vertido de residuos líquidos y sólidos de la actividad porcina y lecherías directamente en el río Estivaná y otros afluentes del río La Villa, sin tratamiento previo, produce contaminación y mala calidad de las aguas. En el caso de las actividades porcinas, el manejo de aguas residuales es casi nulo. Menos del 30% de las industrias en esta actividad reutilizan los desechos o cumplen con la infraestructura de manejo de los desechos orgánicos y en las porquerizas que tratan de cumplir con la misma, la mayoría de los sistemas no funcionan correctamente. 

En resumen, las acciones antrópicas que contribuyen al cambio climático en el Arco Seco son, entre otras: tala de árboles, quemas, sobrepastoreo, uso indiscriminado de agroquímicos, explotación intensiva de las aguas subterráneas, eliminación de manglares, uso inadecuado de los suelos, elevada fijación de P (fósforo).

De acuerdo con la Unidad de Cambio Climático y Desertificación de MIAMBIENTE, el Arco Seco  junto con la Sabana Veragüense y la Comarca Ngäbe Buglé, forman parte de la "Tierras Secas y Degradadas", como se ve en el siguiente mapa:



Escenarios del Fenómeno del Niño, 2016.
Los días 18 -19 de noviembre de 2015, se reunió el Comité Regional de Recursos Hidráulicos Sistema de Integración Centroamericana, en el marco del XLVIII Foro del Clima de América Central (III FORO MESOAMERICANO), en la ciudad de Santo Domingo, República Dominicana.

El Foro elaboró las siguientes tesis que sirven de punto de partida al análisis para este artículo:
I. Que las temperaturas superficiales en el Océano Pacífico Ecuatorial se han incrementado a niveles iguales o superiores típicas de un evento de El Niño muy intenso y que dicho escenario se mantendrá durante la mayor parte el período de pronóstico de esta Perspectiva (D15-EFM16).
II. Que desde el mes de setiembre, las temperaturas en el océano Atlántico Tropical han mostrado anomalías positivas (condiciones más calientes que lo normal), incluso alcanzando valores muy altos en el mes de octubre y que durante el período al que se refiere este pronóstico continuarán aumentando.
III. Que la Oscilación Decadal del Pacífico (PDO por sus siglas en inglés, que modula la frecuencia e intensidad de El Niño y La Niña), se encuentra actualmente en fase que favorece el calentamiento de la superficie del océano Pacífico Ecuatorial.
IV. Que la Oscilación Ártica (OA) y la Oscilación del Atlántico Norte se han mantenido en la fase neutra o positiva en los últimos meses, pero que no se descarta que pasen a la fase negativa en la segunda parte del invierno boreal (enero-marzo 2016).
V. Que la temporada de empujes fríos para el periodo de pronóstico de esta perspectiva se considera estará dentro de lo normal, con una baja actividad al principio de la temporada (noviembre y diciembre), pero aumentando posteriormente, con una proyección general de entre 12 y 14 empujes al norte de la región y el Caribe, y la posibilidad de que 2 a 3 de estos sistemas puedan alcanzar una moderada a fuerte intensidad en los meses de enero a marzo. 



En resumen, las acciones antrópicas que contribuyen al cambio climático en el Arco Seco son, entre otras: tala de árboles, quemas, sobrepastoreo, uso indiscriminado de agroquímicos, explotación intensiva de las aguas subterráneas, eliminación de manglares, uso inadecuado de los suelos, elevada fijación de P (fósforo).



En cuanto a la temperatura del aire se espera que la temperatura máxima (diurna) ocurra por arriba de su valor promedio, relacionado sobre todo con el calentamiento que presenta el océano Pacífico Tropical. Para las temperaturas mínimas (nocturnas) se espera se pueden registrar por debajo de lo normal, debido a la ausencia de nubosidad.

El Fenómeno del Niño agudizará el deterioro ambiental estructural del Arco Seco Panameño. Los siguientes datos son tomados del documento titulado: ELABORACIÓN DE ESTRATEGIAS DE DESARROLLO SOSTENIBLE PARA LAS PROVINCIAS DE COCLÉ, HERRERA, LOS SANTOS y VERAGUAS, elaborado por el Consejo Nacional de Desarrollo Sostenible de Panamá (CONADES). 

En el ámbito del Arco Seco, los registros de precipitaciones anuales no sobrepasan los 1,000 mm de lluvia, y los  periodos  de  sequía  durante  la  estación  seca  se  extienden hasta  por  siete  meses,  afectando fundamentalmente a la degradación de suelos; circunstancia que se ve agravada por prácticas inadecuadas de manejo y uso de los suelos (tala de bosques, quemas, sobrepastoreo, cultivos en suelos no aptos, etc.), donde los procesos erosivos son cada día más pronunciados, reflejándose en una pérdida de la capacidad productiva de los suelos e incremento de las tasas de sedimentación en los ríos y quebradas.

La reducción de caudales de los principales ríos de la región, de las áreas de pastoreo y de la disponibilidad de agua para su uso en actividades agropecuarias, industriales y domésticas, ha  provocado una explotación intensiva e incontrolada de los recursos hídricos subterráneas, de los cuales se desconoce su disponibilidad y tasas de extracción; con el consiguiente avance del proceso de desertificación en la región.

Como resultado de esta situación, tenemos la degradación de más de 2 millones de hectáreas de suelos en las provincias centrales equivalentes al 27% de la superficie total del país; el arrastre de sedimentos hacia los  ríos  y  los  crecientes  procesos  de  aterramiento  y  saturación    de  casi  todas  las  quebradas  y  ríos  de  la vertiente  del  Pacífico,  con  los  consiguientes  perjuicios  para  los  equipos  de  potabilización,  hidroeléctricas, sistemas de riego y drenaje, con repercusiones sobre el ecosistema marino.   

Estamos preparados para el Fenómeno La Niña?
El Centro de Predicción Climática, CPC (por sus siglas en inglés) del Servicio Meteorológico Nacional de los Estados Unidos perteneciente a la Administración Atmosférica y Oceánica Nacional - NOAA- así como del Instituto –IRI-, informaron, por primera vez, el 17 de diciembre de 2015, que la probabilidad de desarrollo de La Niña para julio-agosto y septiembre de 2016 sigue en ascenso, superando ahora el 30 %.
En este mismo resumen, se informa que de acuerdo a la consolidación de pronósticos basados en la temperatura superficial del océano del Centro de Predicción Climática del Servicio Meteorológico Nacional de los Estados Unidos, existe un 79 % de posibilidad de tener el fenómeno de La Niña para finales del 2016.




1 comentario:

  1. Muy interesante análisis y es necesario revisar el comportamiento de los niveles estáticos de los pozos para controlar el nivel de recarga del acuífero.

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