martes, 27 de octubre de 2009

LA CRISIS DE LOS RESIDUOS SOLIDOS EN PANAMA

Lic. Francisco Rivas
apronad@gmail.com

¿QUIEN ES EL RESPONSABLE POR EL MANEJO DE LOS RESIDUOS SOLIDOS EN PANAMA?

Ante esta pregunta, muchos alcaldes responden que son los municipios. Así responden también periodistas despistados, líderes de la sociedad civil y de las comunidades.

La realidad es otra. Mediante la Ley Número 51 de 29 de septiembre de 2010, se creó a Autoridad de Aseo Urbano y Domiciliario (AAUD), eliminando esta responsabilidad a todos los Municipios del País.

La confusión se origina en que la AAUD se creó para quitar esta función específicamente al Alcalde del Distrito Capital, el cual en esos momentos se había convertido en adversario político de la Administración del Presidente Ricardo Martinelli (2009-2014).

El procedimiento jurídico utilizado, propio de nuestros países “macondianos”, fue crear una Autoridad de alcance nacional.

Leamos los primeros dos artículos (los resaltados son nuestros).

Artículo 1.
Se crea la Autoridad de Aseo Urbano y Domiciliario, en adelante la Autoridad, como una entidad pública especializada, con competencia nacional, personería jurídica y autonomía en su régimen interno, sujeta a las políticas del Órgano Ejecutivo.

Artículo 2.
La Autoridad estará encargada de la administración, dirección, planificación, operación, explotación, aprovechamiento, investigación, inspección y fiscalización de los servicios relacionados con el aseo urbano, comercial y domiciliario y de los rellenos sanitarios.

De acuerdo con la Ley 51, cualquier Alcalde en Panamá, puede suspender los servicios de aseo a la población, llamando a la AAUD para que cumpla con sus obligaciones. Aunque sabemos que en la práctica, ese no era el objetivo: sino despojar a la Alcaldía de Panamá del servicio de recolección de las basuras.

Introducción: octubre 2015.

Este artículo fue publicado en 27 de octubre de 2009. Lamentablemente no esta desactualizado. Los problemas, las causas de los problemas, las consecuencias para la gente - especialmente los mas pobres - siguen intactos. El manejo inadecuado de los residuos sólidos sigue siendo un mal sin solución a la vista. 

Se han pagado millonarias consultorías para estudiar el problema, y las conclusiones son las mismas de hace 25 años: prevalece la cultura del no pago de la tasa de aseo y las autoridades gubernamentales se muestran reacias a realizar un sistema efectiva de cobro (cultura de no "cobro"); por consiguiente, cualquier sistema que se implemente no será sostenible en términos financieros.

A los municipios se les quitó la competencia en el manejo y operación de los residuos sólidos, con la creación de la Autoridad de Aseo Urbano y Domiciliario (AAUD), pero la nueva ley de descentralización municipal les devuelve la competencia a partir de enero de 2016. Centralizar - descentralizar en materia de basuras que mas da: la situación sigue siendo crítica.

El reciclaje sigue siendo una actividad económica importante para un pequeño grupo de empresas exportadoras. Miles de "pepenadores" informales a lo largo del territorio nacional abastecen a estas prosperas empresas, de todo tipo de materiales, recuperados en condiciones socioambientales degradantes. Pequeñas iniciativas mediáticas procuran interesar a los ciudadanos a realizar el reciclaje de materiales, pero al margen de un sistema organizado.

Panamá carece de una moderna Ley para el Manejo Integral de los Residuos Sólidos, ampliamente debatida y consensuada entre los actores públicos y privados. Las soluciones existen, hace falta la voluntad nacional para ponerlas en práctica. El reto ahora es crear los espacios para lograr ese consenso.



Resumen
Un estudio realizado por la OPS en 2001, concluyó que la generación per cápita de los residuos sólidos en Panamá era de 1.34 kg/hab/día, incluyendo los residuos domésticos, los de origen comercial e industrial y los procedentes de los establecimientos de salud.

La ANAM estima una generación de 2,600 ton/día[1] de residuos municipales en el territorio nacional. El 76% de los residuos se generan en tres provincias: Colón, Chiriquí y Panamá. En la Comarca Gnâbe – Buglé se generan 104 toneladas diarias.

La generación per cápita nacional diaria de residuos sólidos es de 0.81% kg, mientras que en los Distritos de Panamá, Colón y San Miguelito, la generación es de 1/kg/hab/día. Las ciudades de Panamá y de San José, Costa Rica son las que poseen las de generación per cápita, más altas de la región centroamericana.

Esta elevada generación de residuos obedece principalmente a patrones de consumo insostenible, como resultado de los siguientes factores:

§ La rapidez con que muchos productos de bajo costo pero de baja calidad pasan a ser inútiles, inservibles y obsoletos.

§ La utilización exagerada de productos llamados "desechables", (especialmente plásticos) fabricados para la comodidad del consumidor, pero sin pensar en el medio ambiente. En este rubro entran gran cantidad de envases, utensilios, platos y otros artículos.

§ También la publicidad ha contribuido a aumentar el consumismo. Esto determina en gran parte los hábitos de la población con todos los aspectos negativos y desinformación que esto implica

§ Es importante señalar que ambos países se han convertido en un mercado donde gran cantidad de empresas extranjeras han venido a promover sus productos y servicios, entre otras , las cadenas de comida rápida han aumentado

En el año 2002 se realizó un estudio sobre la composición física de los residuos en el Distrito Capital de Panamá[2], cerca del 50% son residuos orgánicos (alimenticios y otros) y el otro 50% lo conforman residuos no biodegradables. El 12% corresponde a residuos de plástico, en su mayoría envases de un solo uso y todo tipo de envoltorios y embalajes, así como el PVC, uno de los plásticos de uso más generalizado.

1. La generación y composición de los residuos peligrosos.

El Convenio de Basilea y las Naciones Unidades definen como residuos peligrosos aquellos que tienen entre otras características, las de explosividad, inflamabilidad, combustión espontánea, reactividad con agua o aire, toxicidad aguda y crónica, infecciosidad, corrosividad, ecotoxicidad, etc. Este tipo de residuos forman pequeñas fracciones en los tres tipos de residuos más comunes (domésticos, hospitalarios/centros de salud y comerciales/industriales).

Sin embargo, al mezclarse terminan contaminando a la totalidad de los residuos generados. Estos últimos, cuando se queman a cielo abierto se convierten en la principal fuente de generación de dioxinas y furanos.

Hemos incorporado dos referencias adicionales: los residuos peligrosos que podrían estarse generando en la Zona Libre de Colón, y los envases de plaguicidas, los cuales terminan quemándose en los vertederos con el resto de los residuos.

1.1. Los residuos domésticos peligrosos.

Los residuos peligrosos de origen doméstico constituyen un universo de residuos de características bien conocidas pero que aún no han sido suficientemente estudiados en Panamá.

Un ítem importante de los residuos domésticos peligrosos lo constituye los envases y trapos de productos para el cuidado de la casa y la limpieza, tales como: removedores de óxidos, desinfectantes a base de cloro, limpiadores para horno, insecticidas, venenos para ratas, aerosoles, cosméticos (esmaltes para uñas, quita esmaltes, tinturas de cabello), pinturas y barnices. El porcentaje establecido en el ámbito internacional, de residuos domésticos peligrosos es el 2% del total de los municipales.

No existe información acerca del porcentaje de residuos domésticos peligrosos en Panamá, pues hacen falta estudios sobre su volumen y densidad Un estudio exhaustivo realizado en México, lo estimó en 0.348%. Simplemente como ejercicio, esto significará que en el año 2006 en Panamá se habrían generado 9,3 ton/día, la mitad de ellos en la Provincia de Panamá.

1.2.Los residuos peligrosos de los establecimientos de salud.

En la década de los noventa la OPS determinó una generación unitaria por cama: 3,0 kg./cama/día, de los cuales la parte no peligrosa y manejable como residuos sólidos municipales corresponde a 1,5 kg./cama/día (50%), la parte de residuos reciclables: 1.0 kg./cama/día (33%), y la parte de residuos hospitalarios peligrosos: 0,5 kg./cama/día (17%). El estudio realizado por la OPS en Panamá el año 2001, calculó en 12.3/ton/día de residuos procedentes de establecimientos de salud. En ese año la generación de residuos hospitalarios peligrosos debería estimarse en 2 ton/día. En esa oportunidad los hospitales que más generaban este tipo de desechos eran el Complejo Hospitalario Metropolitano de la CSS, Hospital del Niño, Hospital Psiquiátrico, Nacional, Hospital Santo Tomas, Instituto Nacional del Cáncer y el Hospital de la Esperanza. En el año 2007 la generación de residuos hospitalarios peligrosos se estima entre 5/7 ton/ día.

El 50% (cerca de 3 ton/día) de los residuos hospitalarios peligrosos ingresan al Relleno Sanitario de Patacón. Los desechos hospitalarios son recolectados en vehículos que no cuentan con las condiciones mínimas. Una vez llevados al relleno sanitario de Cerro Patacón, son ubicados en una fosa de seguridad donde se les da cobertura inmediata.

En el resto del país los desechos hospitalarios provenientes de los hospitales, clínicas y/o centros de salud, son recolectados por el servicio de aseo municipal, para ser depositados en vertederos a cielo abierto sin ningún tipo de tratamiento. En algunos casos son incinerados en instalaciones precarias para luego llevar las cenizas al vertedero municipal. En los vertederos municipales los residuos hospitalarios peligrosos o los residuos de cenizas de las incineradoras, se queman a cielo abierto mezclados con el resto de los residuos municipales.

1.3. Los residuos industriales / comerciales peligrosos.

En el año 2001 la OPS estimó en 238,46/ton/día la generación de residuos industriales y comerciales, mientras que JOBEFRA/SANIPLAN[3] en 1999 la calculó en 269/ton/día. En 2003 el estudio de la JICA[4] determinó que Panamá, San Miguelito y Arraiján generaban 169.7 ton/día. Sin embargo, ninguno de los estudios indica el porcentaje de los residuos que pueden considerarse peligrosos. En todo caso, como estos residuos(los peligrosos o no) se recolectan y disponen de manera mezclada, entonces podemos suponer que las toneladas vertidas en los vertederos tienen algún grado de contaminación en el momento en que se procede realizar las quemas.

En el Área Metropolitana existen no menos de cien empresas, incluyendo los comercios e industrias que los disponen por su propia cuenta, que transportan materiales comerciales/ industriales incluyendo los peligrosos hasta el Relleno Sanitario de Cerro Patacón (aceites, solventes, ácido y álcalis, pintura, tintas, barnices, resinas, plaguicidas orgánicos, lodos y químicos orgánicos, asbestos, y los contenedores contaminados), sin que los transportistas esté capacitados ni cuenten con los equipos para realizar esta actividad en forma segura.

1.4. Los residuos peligrosos generados en la Zona Libre de Colón (ZOLICOL).

La Zona Libre de Colón (ZLC) fue creada por medio del Decreto Ley Nº 18 del 17 de junio de 1948, con el propósito de promover inversiones nacionales y extranjeras para la actividad comercial e industrial. La mercadería que entra a la Zona Franca de Colón está libre de cualquier impuesto de aduana. Se encuentra situada en el área portuaria de la entrada atlántica del Canal de Panamá, que a su vez es un punto estratégico para las importaciones y las exportaciones. En 2006 registró importaciones por $USA 6,818.2 millones (aumento de 9.7 % con relación al 2005), mientras que las reexportaciones por $USA 7,666.1 mostraron un incremento de 15.0 % con respecto a 2005[5]. En 2001 se re-exportaron desde la Zona Libre de 51 toneladas de plaguicidas con un valor FOB de $USA 346 millones[6].

Para la ZOLICOL[7]: a) “importación” se consideran las entradas desde el mercado exterior y las salidas de la Zona Libre de Colón para consumo local; b) “Exportación” se consideran las exportaciones de productos nacionales hacia la Zona Libre de Colón; y c) . “Reexportación” se considera las salidas de la Zona Libre de Colón. Resumiendo, las mercaderías que ingresan a la Zona Libre son consideradas “exportación” si proceden del país o “importación” si proceden del mercado internacional; mientras que las mercancías que salen de ZOLICOL se consideran importación si se destinan al mercado nacional o reexportación si su destino es el mercado exterior. Por otra parte, la Convención Internacional sobre Estadísticas Económicas aclara también, que todas aquellas mercaderías en tránsito directo no se incluyen en las reexportaciones. Se entiende como comercio en tránsito directo, el paso de toda mercadería por un territorio con fines de transporte únicamente, sin entrar en posesión de los importadores, es decir, que la mercadería en tránsito directo es aquella que ha llegado al país con documentos de embarque para ser remitida nuevamente al exterior.

En el proceso de reexportación y de tránsito directo se pueden generar residuos (además de los ordinarios derivados de las operaciones administrativas) como resultado de dos situaciones: a) que las empresas no retiren las muestras; y b) que las mercancías no cumplan con el registro sanitario, certificado de origen, registro comercial, registro de análisis, entre otros. En ambos casos, los desechos son recolectados y trasladados a la planta de incineración de la empresa Servicios Tecnológicos de Incineración, S.A, o al vertedero de Monte Esperanza.

La Dirección de Operaciones Comerciales que forma parte del Departamento de Merma de Zona Libre de Colón (ZOLICOL), es el encargado de coordinar la eliminación de mercancías obsoletas. La mercancía desechada es consignada en un documento de salida, para luego ser enviada al vertedero o el incinerador.

Las medicinas o sustancias químicas son enviadas a la planta de incineración de la empresa Servicios Tecnológicos de Incineración, los materiales que no pongan en riesgo directo la salud de las personas son enviadas al vertedero Monte Esperanza, previamente se cortan en varias partes antes de enviarse (el trabajo lo debe hacer la empresa dueña del producto) con el objetivo de no permitir que las personas los vuelvan a usar. Existe el riesgo de que plaguicidas COPs y obsoletos puedan ser ingresados al país de contrabando, a pesar de los sistemas de control y vigilancia. La Dirección General de Aduanas, por ejemplo, coordina esfuerzos para endurecer los controles en todo el país, con el objeto de frenar la escala de productos que se comercializan ilegalmente. Dicha Dirección se propone instalar un sistema de Rayos X para la revisión de contenedores procedentes de ZOLICOL, en el puesto de control aduanero conocido como la “Ye” de Chilibre, en el camino entre las ciudades de Colón y Panamá, para evitar el “contrabando hormiga” y otros de mayor envergadura, como drogas y estupefacientes.

Una caracterización física –química de los residuos generados por la ZOLICOL es de la mayor importancia, especialmente si tomamos en cuenta que se trata del más grande generador de residuos del país, individualmente considerado. En 1999 JOBEFRA – SANIPLAN estimó en 56 ton/día la generación de los residuos sólidos de la ZOLICOL, equivalentes al 35% del total generado en la ciudad de Colón.

1.5. Los residuos de envases vacíos de plaguicidas.

El Proyecto “Reducción de emisiones de dioxinas y furanos, mediante incineración controlada de envases vacíos de plaguicidas, con triple lavado, en las principales regiones agrícolas de Panamá”, elaborado por COTEPA, ofrece los siguientes datos, sobre el crecimiento de la importación de plaguicidas que se acompaña de la generación de residuos de envases vacíos.

Uno de los cultivos más importantes por la demanda de agroquímicos es la caña de azúcar. Esta es una actividad muy importante en términos sociales por cuanto se estima que para 2004/2005, 181 productores emplearon de forma directa a cerca de 4.393 personas. El cultivo se caracteriza por un círculo vicioso: la ausencia de buenas prácticas de conservación en la producción demanda cada vez más plaguicidas, lo cual tiene como resultado que las tierras se vuelven menos fértiles y con menores rendimientos por hectárea. Es necesario, por lo tanto, aplicar mayor cantidad de fertilizantes y dedicar mayor cantidad de terreno a la agricultura, con las consecuentes repercusiones en el ambiente y la salud de las personas. Adicionalmente, la quema de grandes extensiones de cultivo genera un impacto negativo a la salud de los trabajadores y de habitantes de las comunidades localizadas en un amplio radio de acción, debido a la exposición a las emisiones. Si no ocurren cambios significativos en el proceso productivo, los problemas ambientales relacionados con este cultivo se mantendrán pero en una escala superior, a saber: el uso indiscriminado de plaguicidas, la utilización ineficiente de fertilizantes, emisiones de dioxinas y furanos, degradación del suelo y afectaciones a las aguas superficiales y subterráneas.

Otras de los sectores de alto consumo de agroquímicos son las Tierras Altas de Chiriquí. Estas comprenden una superficie trabajada de 955.40 Km2, con una población de 22,212 habitantes diseminados en los corregimientos de Cerro Punta, Boquete y Renacimiento. Estas tierras son únicas que conjugan el clima templado húmedo de altura, con precipitación promedio anual de 2,029.9 milímetros poseen suelos profundos y fértiles derivados de actividad volcánicas reciente. Estas características han permitido el desarrollo de una agricultura próspera de importancia nacional, basado en el cultivo de hortalizas, papas y café, sin menospreciar otras actividades como las exportaciones lecheras. En Cerro Punta, específicamente, se produce la mayor parte de fresas, moras, lechuga, zanahoria, repollo, papas, brócoli y otras legumbres que son consumidos en el país. Sin embargo, la producción agrícola descansa en la aplicación extensiva de plaguicidas.

A pesar de los esfuerzos realizados por las empresas transnacionales y productores nacionales la plantación bananera continúa provocando importantes afectaciones al medio ambiente y la salud. De la producción provienen como basura miles de toneladas de banano de rechazo, miles de toneladas de bolsas plásticas impregnadas por insecticidas y los envases de los agroquímicos. Muchas veces, se intenta de resolver esta situación mediante de la incineración incontrolada, enterrando los materiales directamente y sin control en el suelo, o depositándolos en los vertederos municipales.

Varios estudios[8] se han realizado sobre la producción piñera y el uso de agroquímicos en las Subcuencas de los ríos Hules – Tinajones y Caño Quebrado, los cuales permiten tener una idea aproximada de la dinámica ambiental de los productos tradicionales. En el cultivo de la piña se realiza con un uso extensivo de plaguicidas, para desinfección de la semilla antes de la siembra o tratamiento de semilla, la fumigación del material vegetativo de propagación, y la fertilización del suelo y de las plantas, fertilizantes foliares en distintas etapas del cultivo,

2. Las amenazas a la salud y el ambiente por la quema de residuos a cielo abierto.

Los incendios no controlados en los sitios de disposición final es la actividad más impactante, generando un 76.3% (76.00 g EQT/año) del total de las liberaciones. Mientras que la incineración de residuos sólidos municipales y peligrosos (incluyendo residuos médicos) generó 8.52% (8.49 g EQT/año) de las liberaciones.

2.1. La quema de los residuos a cielo abierto.

Los residuos provenientes de los hospitales, clínicas y/o centros de salud los residuos hospitalarios son recolectados por el servicio de aseo municipal y se mezclan con los no peligrosos, para ser depositados posteriormente en los vertederos a cielo abierto. En el año 2004, ingresaron al Relleno Sanitario de Cerro Patacón 1,664 toneladas de residuos hospitalarios, 0.38% del total. A estos residuos se suman otros igualmente peligrosos provenientes de la actividad agroindustrial y comercial: aceites; solventes; ácidos y álcalis; pinturas; tintas; barnices; resinas y plaguicidas.

El “Informe sobre Análisis Químicos efectuados a Muestras de Desechos Sólidos”[9], tomadas en los domicilios, mercado publico, instituciones, establecimientos comerciales y camiones recolectores, en el Distrito Capital, durante un periodo de 13 días, en el mes de julio de 2002, constató la existencia de cloruros (0.0272 %), sulfuro (0.1014%), carbono (48.34 %), Hidrógeno (6.9846%) y Oxígeno (39.7769%).

El Inventario Nacional de Dioxinas y Furanos estableció que la subcategoría 6b – Quema de Desechos e Incendios Accidentales generó el 77.9% (75.96 g EQT/año) del total de la liberación de dioxinas y furanos que se presentó en el país en el año 2005, siendo la quema de desechos en los sitios de disposición final la actividad más impactante.

Si tomamos en cuenta el promedio de las emisiones estimadas de dioxinas a través del aire, que son las que, en comparación con las que están presentes en las cenizas, están más fácilmente disponibles para ingresar en la dieta, la cifra es 33,37 gramos en 2005, equivalente a 33,370,000 ìg EQT, aproximadamente 10 ìg EQT/per cápita/anual y a 2,803 pg EQT/ per cápita/diario.

Para tener una idea de lo que esto significa en términos de su potencial toxicológico, es posible comparar estas cantidades con la ingesta máxima admisible de equivalentes tóxicos de dioxinas, por día, según la Organización Mundial de la Salud. La OMS dice que no deben ingerirse por día más de 1-4 pg EQT por cada kilo de peso corporal de una persona. Sin embargo, la OMS ha fijado el valor de 1 pg EQT/Kg peso corporal/día como objetivo deseable de ingesta máxima diaria. Tomando 60 Kg como peso promedio de una persona, la ingesta máxima, según el objetivo fijado por la OMS, será de 60 pg EQT/día por persona. Lo anterior significa que en Panamá se libera al aire, per cápita, cerca de 47 veces más que la ingesta máxima de dioxinas establecidas por la OMS. Obviamente, el único objetivo que persigue esta comparación es el de facilitar la comprensión de la cantidad de dioxinas emitidas en términos de su potencial toxicológico. No se pretende hacer ninguna inferencia acerca de la relación entre las dioxinas emitidas al aire y la dimensión de la exposición humana inmediata resultante de esas emisiones.

Considerando las liberaciones de dioxinas y furanos en 2005, incluyendo liberaciones al aire, agua, suelo y producto, el total se ha establecido en 99.61 g EQT. Entonces el ìgEQT/per cápita/anual sube a 30. Para tener un punto referencia indiquemos que en el año 2005 Colombia reportó 17.7 ìgEQT/per cápita/anual[10]. Estos datos deben relacionarse con las formas que se utilizan en Panamá, para eliminar los residuos sólidos. El Censo de Vivienda y Población de 2000 indica que el 60% de los residuos, en el ámbito nacional, eran recolectados para ser transportados a los sitios de disposición final, mientras que el restante 40% eran eliminados en el ámbito de las viviendas.

La quema de los residuos, tanto en los vertederos municipales como en el ámbito doméstico, es una práctica generalizada durante la estación seca que en Panamá se extiende de mediados de diciembre a finales de abril, principalmente en la vertiente Pacífica, con períodos más cortos en la vertiente Atlántica. Disminuye, en cambio, en la estación lluviosa, desde principios de mayo a mediados de diciembre. Factores climatológicos pueden adelantar o atrasar estos períodos generalmente de una a tres semanas, siendo estos períodos más marcados en la región del arco seco del país que comprende las áreas costeras de las provincias de Coclé, Herrera y Los Santos.

2.2. La quema de residuos en el ámbito doméstico.

El Inventario Nacional de Dioxinas y Furanos, estableció la liberación de 33.2 g EQT/año como resultado de la quema no controlada de desechos domésticos (6.6 g EQT/año) liberados al aire. Estas emisiones se explican porque al menos el 40% de los residuos generados en el país se están disponiendo en el ámbito doméstico. En el año 2000, 274,460 viviendas (40%), con una población de 1,289,962 personas (4.7/vivienda) utilizaban distintos procedimientos para eliminar los residuos sólidos. Esta población generalmente: a) quema los desechos de papel, cartón y plástico; b) entierra las latas, el hierro, el aluminio y otros metales; y c) utiliza los desechos de comida se usan para alimentar a los animales. Las 182,813 viviendas en las que se quemaban los residuos domiciliarios albergaban a 767,814 personas (4.2/vivienda).

En el ámbito rural la práctica de la quema era mayor que en el urbano. Las comunidades rurales y periurbanas y los asentamientos urbanos marginales, con escasa capacidad de pago de la tasa de aseo y vías de acceso en mal estado, han sido excluidas de los servicios municipales de aseo. Aun cuando no existen cifras exactas sobre la cobertura del servicio de recolección y transporte de los residuos sólidos, distintos estudios la han establecido en alrededor de un 50%[11]. La quema de los residuos se ha convertido en la principal forma de su eliminación.

Un ejemplo que ilustra esta práctica es el del Distrito de Chagres, en la Provincia de Colón. El Estudio de Composición Física de los Residuos realizado en el año 2002[12], determinó una tasa de generación de 0.37 kg/hab/día, muy por debajo de la media nacional, pero propia de las áreas rurales. Sin embargo, la composición física mantiene el mismo perfil nacional, pues el porcentaje de residuos de plásticos fue del 12%.

Los análisis realizados indicarían que en el Distrito de Chagres, con una población de 9,517 habitantes mensualmente destinarían a la alimentación de los animales hasta 54 toneladas de residuos alimenticios, 13 toneladas se enterrarían y 39 se quemarían a cielo abierto (de las cuales 13/ton de plásticos). Teóricamente, en los 5 meses de la estación seca, en dicho Distrito se estarían quemando 195/ton, de las cuales 63/ton corresponden a residuos de plásticos. Los datos indican que, independientemente del volumen de generación de residuos, su composición no varía significativamente y el componente de plásticos sigue siendo importante.

2.3. La quema de residuos en los vertederos a cielo abierto.

Todos los años se producen incendios de gran magnitud vertederos municipales a cielo abierto, generalmente ubicados en zonas de alto riesgo, a orillas de manglares, playas, ríos y quebradas. Estos incendios han sido atribuidos generalmente a los recicladores (denominados “pepenadores” en Panamá), durante las tareas de recuperar metales mediante la quema de cables, llantas usadas y otros materiales.

El Relleno Sanitario de Cerro Patacón, ubicado en el Distrito Capital, Provincia de Panamá se ha incendiado en varias ocasiones. Diariamente recibe cerca de 750 ton/día de residuos municipales y 450/ton/día de desechos industriales y hospitalarios.

En marzo de 2007 una densa columna de humo negro, que se apreciaba desde diferentes sectores de la ciudad capital, causó alarma entre la población. Miles de neumáticos usados fueron quemados, provocando una humareda que se dispersó sobre las barriadas cercanas al vertedero y al resto de la ciudad. Un comunicado de la Alcaldía de Panamá indicó que el fuego fue causado por un grupo de pepenadores que labora en el relleno sanitario de Cerro Patacón para obtener el metal que hay dentro de los neumáticos usados.

El Vertedero Municipal, Distrito de David, Provincia de Chiriquí se incendió en junio de 2004. El humo se extendió a toda la ciudad y afectó especialmente a los asentamientos cercanos (Ciudad Acuario, Las Margaritas y Reparto Universal, Coquito, La Arboleda y San Pablo Nuevo), al Hospital Regional de David. Uno de los principales centros educativos, el Instituto David, se vio obligado a clausurar las clases. Las autoridades de salud informaron que la cantidad de humo era tan grande que ocasionaba irritación en los ojos, picazón en la garganta y molestias para respirar. El Vertedero de Monte Esperanza, Distrito de Colón, Provincia de Colón, se incendió en de febrero 2006. Los bomberos tuvieron que utilizar los carros cisternas para impedir que el siniestro alcanzara una de las torres de alto voltaje cercanos al área industrial de la ACP. Otros incidentes similares han ocurrido en los vertederos municipales de las ciudades intermedias como Aguadulce, Penonomé, Santiago y otras. Otra práctica ampliamente extendida entre los Jefes de Aseo y Alcaldes, para reducir las cantidades de las basuras y mantener operativos los sitios de disposición final, consiste en confinar los residuos en un espacio.

Los gases generados durante la biodegradación pueden incluir gases orgánicos volátiles, tóxicos y potencialmente cancerígenos, como los cloruros; así como subproductos típicos de la biodegradación como metano, sulfuro de hidrógeno y bióxido de carbono. El humo generado de la quema de basura en botaderos abiertos constituye un importante irritante respiratorio y puede hacer que las poblaciones afectadas tengan mucho más susceptibilidad a las enfermedades respiratorias. Por otra parte, los daños ambientales debido a la eliminación de desechos sólidos pueden incluir la contaminación de la calidad del suelo, de las aguas subterráneas y superficiales, y del aire. Los líquidos lixiviados pueden contener partículas finas y micro organismos que pueden ser filtrados por la matriz del suelo. Este líquido contiene sólidos disueltos, capaces de ser atenuados por el suelo mediante mecanismos de precipitación, adsorción, o intercambio de iones. Bajo condiciones hidrológicas favorables, la filtración contaminada de los residuos sólidos puede pasar a través del suelo no saturado que se halla debajo del depósito, y entrar en las aguas subterráneas.

El agua superficial puede ser contaminada al recibir el agua subterránea contaminada, o por el aflujo superficial directamente del depósito de desechos sólidos. Las fuentes de degradación de la calidad del aire incluyen el humo proveniente de la quema abierta, polvo de una inadecuada contención, recolección, y descarga al aire libre; y gases generados por la descomposición de desechos. El Gobierno panameño ha identificado las siguientes consecuencias principales para la salud y el ambiente, derivadas del manejo inadecuado de los residuos sólidos[13].

· La proliferación del mosquito Aedes aegypti, transmisor del dengue, los roedores transmisores de la fiebre de Hanta y otras enfermedades, tales como la peste bubónica.
· Olores desagradables, producto de la descomposición de la materia orgánica de la basura.
· Los plásticos y otros materiales no biodegradables se acumulan en el ambiente y representan una amenaza para la vida silvestre y para la estética de las comunidades.
· Los materiales inflamables originan incendios forestales, que tienen un profundo impacto en la estabilidad ecológica de una determinada zona. Los residuos sólidos amenazan la vida silvestre.
· La salud de las personas cuando entran en contacto con los residuos hospitalarios y peligrosos que ameritan un manejo especial.

La Agencia para las Sustancias Tóxicas y el Registro de Enfermedades del Departamento de Salud Publica de los Estados Unidos (ATSDR), ha entregado una lista con siete condiciones de salud a este tipo de contaminación:

§ Anomalías Inmunológicas.
§ Cáncer.
§ Daño reproductivo y defectos del nacimiento.
§ Enfermedades respiratorias y del pulmón.
§ Problemas del funcionamiento hepático.
§ Problemas de funcionamiento neurológico.
§ Problemas de funcionamiento renal.

3. Principales amenazas identificadas en la incineración de residuos.

El porcentaje de residuos municipales y peligrosos incinerados en el año 2005 corresponde apenas al 0.13% (1,202/ton) del total generado en el país, lo cual indica el escaso desarrollo alcanzado por esta técnica. El Inventario Nacional indica que en el año 2005 se incineraron 755/ton de residuos municipales en 4 incineradores. A 3 incineradores se le asignó 350 μg EQT/ton, mientras que a uno de ellos 3500 μg EQT/ton, por no contar con ningún tipo de control de contaminación atmosférica, a pesar de que cuenta con una combustión controlada con post-combustión. El total de la emisión al aire fue de 1g EQT/año.

Un incinerador procesó en 2005 cerca de 302/ton de residuos peligrosos, liberando al aire 0.106 gEQT/año. Finalmente, 180/ton de residuos médicos fueron incinerados, liberando aproximadamente 6,7g EQT/año. En total, la incineración de desechos en 2005 fue responsable por el 8.52% (8.49 g EQT/año) de las emisiones.

La principal amenaza se originó en ese año en la incineración de los desechos médicos. Varias empresas ofrecen los servicios de incineración de desechos hospitales en el país. Existen evidencias de que solamente el Hospital de Santiago “Chicho Fábrega” incineraba sus desechos médicos en el año 2005.

3.1. Los grupos más vulnerables.

Las poblaciones más vulnerables son los pepenadores (especialmente NNAT y mujeres embarazadas) en los vertederos municipales y vías públicas que se exponen en forma continua a la liberación de dioxinas y furanos. El surgimiento y crecimiento de este sector laboral obedece a la expansión las exportaciones de reciclaje.En 2005 el valor de las exportaciones de materiales reciclables ascendió a $USA 35.259.734,00, mostrando un crecimiento sostenido desde el año 2002.

Los valores del vidrio, papel blanco y de colores, cartón son muy bajos, porque los compran las industrias recicladoras existentes en Panamá. En cambio las exportaciones de chatarra (desechos de chatarra de fundición, hierro o acero; lingotes de chatarra de hierro o acero) han pasado a ocupar lugar preponderante.

“Los metales y la chatarra siguen siendo objeto de codicia en el país. Las exportaciones de estos "desechos metálicos" totalizaron B/.42 millones en el 2006, según informes de la Contraloría General de la República y en lo que va del año, la cifra supera los B/.10 millones. Se estima que por año, Panamá podría estar exportando entre 400 a 500 contenedores con hierro para fundir. El material ferroso se compra por tonelada y es clasificado según su calidad, lo que hace variar su precio, de manera que puede comprarse entre B/.50.00 a B/.150.00 la tonelada métrica, cifras que incentivan el robo de metales. Prueba de ello es que en los últimos años comenzaron a desaparecer las tapas de alcantarillas de las avenidas, cables del tendido eléctrico y hasta medidores de agua, ya que son considerados como el "nuevo oro”. (Panamá América, Panamá, jueves 2 de agosto de 2007).

“Su gerente de Compra (Recicladora Centroamericana, S.A.), Luis Barroso, calcula que unas tres mil personas "comen de esta actividad", incluyendo los pepenadores que se localizan en el basurero de Cerro Patacón. En la cadena participa otro grupo de personas intermediarias que compra el material y lo vende a las empresas exportadoras”. (La Prensa, Panamá, Panamá, domingo 30 de enero de 2005)

Este próspero negocio, descansa en el trabajo de miles de panameños, que las estadísticas oficiales han ignorado, los cuales realizan la recuperación de los materiales en condiciones peligrosas para su salud (muchas veces infrahumanas), y de manera ambientalmente inadecuada.

3.1.1. Los Niños, Niñas y Adolescentes Trabajadores (NNAT), mujeres embarazadas, expuestos permanente a las liberaciones de D/F, durante la recuperación de materiales reciclables en los vertederos municipales y vías públicas.

Los más vulnerables frene a esta situación son las niñas, niños y adolescentes, pero muy especialmente los NNAT de los vertederos a cielo abierto y las vías públicas. La 2000 la Encuesta de Trabajo Infantil (ETI)[14] identificó 755,032 personas de 5 a 17 años en el país. De éstas, 51.6% son hombres y 48.4% son mujeres; 56.8% son residentes urbanos y 43.2% son residentes rurales; 39.8% tienen entre 5 y 9 años, 39.2% son niños y niñas entre 10 y 14 años, y 21.0% son adolescentes de 15 a 17 años.

Los que estaban efectivamente ocupados/as, se concentraban en un 31% (14,873) ,en las áreas urbanas del país, y un 28% (10,075) en la Provincia de Panamá[15].El estudio realizado por OIT –IPEC las zonas urbanas de los Distritos de Panamá (que aloja la capital del país) y de San Miguelito (con la densidad poblacional más alta a nivel nacional), establece que los NNAT se dedican a las siguientes ocupaciones: supermercados, el 23.3% en la calle, el 8.9% en estaciones de buses o en buses, el 4.1% en mercados, y el 22.5% en otros sitios. Entre los otros sitios señalados destacan el vertedero de basura (11.8%), los negocios de lava-autos (3.9%), los puestos fijos (1.2%), casas de familias a donde acuden a prestar sus servicios(1.2%), construcciones (0.8%), y en otros lugares (3.6%).

De acuerdo con estos datos, en el año 2000 la Provincia de Panamá contaba con alrededor de 1,200 NNAT laborando de manera directa en los vertederos municipales del Provincia de Panamá (Cerro Patacón, La Chorrera, Capira y Chame), y en las vías públicas. Esta cifra no incluye a los NAAT que ocasionalmente colaboran con las tareas de separación en las comunidades urbano marginales aledañas a los vertederos. Esta población seguramente ha aumentado, como resultado del crecimiento de las exportaciones de materiales reciclables y productos reciclados. Sin embargo, no existen estadísticas disponibles. Los NNAT realizan actividades de recuperación en los sitios de disposición final, en centros de acopio y vías públicas, exponiéndose continuamente a las liberaciones de fuentes y dioxinas por el uso recurrente las quemas de cables, llantas usadas y otros materiales, los incendios intencionales autorizados por los alcaldes y los grandes incendios accidentales.

“Me corté en el pie una vez cuando iba corriendo a coger una plancha de aluminio, me vine a la casa, hubiera querido ir al hospital enseguida, pero no había plata, me dolía mucho, y solo cuando se estaba infectando me fui al hospital”.

“Cuando se recoge hierro pesa mucho, por eso lo arrastramos”.
“Hay varios que venden drogas y se matan y lo entierran ellos mismos”.
“A veces vienen bebés muertos en la basura y huele feo y me aparto de ahí”
“Es peligroso por los tractores, los vidrios, las inyecciones del hospital”.
“No nos llevan al centro de salud porque no hay plata. Buscan plantas medicinales y ponen un trapo y piden prestado plata para ir al hospital cuando ya estamos graves”.
Niños de entre 9 y 14 años, Grupo Focal en Cerro Patacón[16]

Por las razones anteriores, el trabajo de los NAAT en la recuperación de materiales reciclables en vertederos y vías públicas, forma parte de la categoría de “trabajo por abolir” pues contraviene lo establecido en la legislación nacional y/o los convenios internacionales, en razón de las afectaciones a la salud física, mental, social a que se ven expuestos. Estas consideraciones se extienden a las mujeres embarazadas que se dedican a la recuperación de residuos sólidos, pues el desarrollo infantil, el cual hace parte del ciclo vital de desarrollo, incluye el período prenatal, la infancia, la niñez temprana y la niñez intermedia.. Entre más pequeño sea un niño, más vulnerable será al trabajo. La herencia y el ambiente interactúan en cada una de estas etapas.

Ciertamente, debido a que las causantes de enfermedades son multivariadas, es difícil establecer una etiología que correlacione directamente la salud con los residuos sólidos domiciliarios, aunque se reconoce que existen agentes causales de riesgo en la basura de determinadas afecciones a la salud como se expuso anteriormente. La falta de estudios epidemiológicos en este aspecto no ha permitido corroborar directamente dicha relación.

3.1.2. Los pepenadores en general.

Estos grupos vulnerables específicos son más difíciles de estimar, entre otras razones porque se trata de poblaciones “flotantes”, con escaso arraigo en los asentamientos urbano marginales donde radican. En el Relleno Sanitario de Cerro Patacón, Ciudad de Panamá que participan en forma permanente de la recuperación de reciclables se estima en 400/500 personas que viven directamente de esta actividad. Pero en el resto de los vertederos a cielo abierto, ni sobre el número de trabajadores que realizan este trabajo en las calles, existen cifras ni siquiera aproximadas. Algunos propietarios de empresas recicladoras consideran que en la Provincia de Panamá cerca de 15,000 familias se dedican a la recuperación de reciclables, de acuerdo con el siguiente sistema de recuperación de materiales:

En las cercanías de Cerro Patacón se localiza la comunidad de Mocambo Arriba, cuyos habitantes se dedican a la recuperación de materiales reciclables[17]. La población aumentó de 380 en 1990 a 539 (267 hombres, 272 mujeres, 279 menores de edad) en 2000 y aproximadamente 700 en 2007. Otras comunidades surgieron vinculadas a estas actividades: Kuna Nega (500 habitantes) y San Francisco principalmente. Como resultado del incremento de los precios de residuos de metales, se ha generalizado en los vertederos la quema de neumáticos para la extracción de alambres.

Armada con una larga vara de mangle y utilizando unos ennegrecidos guantes, la señora Rodríguez de Cobas remueve los rollos de alambre que quedan, luego de incinerar los neumáticos, para separarlos del resto de materiales como el "ring" en que estaban las llantas.

Advierte que la quema de neumáticos la realiza un día a la semana y en horas de la noche, dependiendo de la dirección del viento, preferiblemente hacia el mar, por lo que asegura no afecta a los que residen en las cercanías.

Indica que las ganancias de la venta del alambre sirven para mantener en el colegio a tres de sus hijos y a su esposo de 79 años, el cual está enfermo.

Al preguntarle la cantidad de llantas quemadas, dijo no llevar un control de la cantidad de llantas que le regalan, aunque lo último fueron dos camiones cargados provenientes de El Marañón.

Al quemar las llantas, Nisla extrae además del alambre, otros materiales como el plástico, aunque por ello se "pagan centavos" y es poco el dinero que se obtiene; igualmente el cobre y aluminio.

Luego de incendiados los neumáticos, los mismos arden por espacio de una media hora, luego se incineran lentamente y cuatro días después, es cuando se recolecta el alambre, el cual es introducido en tanques (barriles) y llevado a la venta. (Ver foto. Pepenadores extraen metales mediante la quema de llantas, en el Vertedero Municipal de La Chorrera)[18].

Otra actividad relevante es la extracción de cobre/ aluminio mediante la quema de cables que contienen PVC (recubrimiento del cable) y PBDE (retardante de llama en recubrimiento de cable) liberando dioxinas, con potenciales afectaciones a la salud: el PBDE puede dañar al feto en desarrollo, y el PVC causar cáncer y dañar el sistema inmunológico.

4.1.3. Niños, niñas, adolescentes, mujeres embarazadas, expuestos esporádicamente a las liberaciones de D/F por la quema a cielo abierto en el ámbito doméstico y vertederos municipales.

Tomando en cuenta el colapso del sistema de aseo de Panamá y el predominio absoluto de vertederos a cielo abierto, puede suponerse que el 100% de los panameños han estado expuestos a los humos tóxicos emanados de las quemas en los vertederos legales e ilegales y en el ámbito doméstico. Si tan solo consideráramos las principales ciudades del país (Ciudad Panamá, David, Colón y Santiago), en donde se han documentado impactos ambientales y a la salud como resultado de las grandes quemas, tendríamos 607,114 habitantes (población proyectada al año 2007) afectados de manera directa.

La situación más preocupante se presenta en las áreas rurales en donde la quema de residuos sólidos es una práctica ampliamente difundida (entre 2 a 4 veces por mes), correspondiendo esta tarea principalmente a las mujeres.

[1] ANAM, Gestión de los Desechos Sólidos en Panamá, Taller sobre el modelo de emisiones en relleno sanitario para la región Centroamericana. El Salvador, marzo 2007.
[2]APRONAD, Estudio sobre densidad, volumen y composición química de los residuos sólidos del Municipio de Panamá, Plan de Manejo de los Desechos Sólidos para el Municipio de Panamá, JICA 2002.
[3] JOBEFRA/SANIPLAN, Diagnóstico, Plan Maestro, Caracterización de Activos y Evaluación de Alternativas de Participación en el Manejo de Desechos Sólidos, Informe Final, MEF –PNUD, Panamá, julio de 2000.
[4] JICA, Plan Maestro para el Manejo de los Desechos en el Distrito Capital de Panamá, 2003.
[5] Contraloría General de la República, Dirección de Estadística y Censos, Panamá, 2007.
[6]MINSA, Perfil Nacional para Evaluar la infraestructura para la gestión de las sustancias químicas en Panamá, 2005.
[7] Este acápite se desarrolla considerando la información proporcionada por: http:// www.contraloria.gob.pa/dec/Publicaciones/06-05/notas.pdf
[8]AED, Campaña de Educación y Capacitación para el Manejo Adecuado de Agroquímicos en las Subcuencas de los Ríos Los Hules, Tinajones y Caño Quebrado, Panamá, mayo de 2004. AED, Caracterización de la actividad piñera en las subcuencas Los Hules – Tinajones y Caño Quebrado, Panamá, abril de 2004.
[9] Laboratorio de Química, Universidad de Panamá, Informe No. 05—2002, 26 de julio de 2002.
[10]Pontificia Universidad Javeriana, Evaluación Económica de los Impactos a la Salud (Pública y Ocupacional) Asociados a los Contaminantes Orgánicos Persistentes – COP –, Convenio de Donación GEF No. TF 051529 PROYECTO COL/03/012, Colombia, enero-junio, 2006.
[11]Véase UNCTAD, ANAM, Estado de los Bienes y Servicios Ambientales en Panamá en el Marco de la Apertura Económica,Panamá, julio de 2003.
[12]APRONAD, Diagnóstico de la Generación, Manejo y Disposición de los Desechos No Peligrosos en la Costa Abajo de Colón, Panamá, octubre 2002.
[13] Mencionados en la Exposición de Motivos en el Proyecto sobre Residuos Sólidos citado.
[14] OIT, Síntesis de los Resultados de la Encuesta de Trabajo Infantil en Panamá, mayo 2004.
[15] OIT- IPEC, Trabajo Infantil Urbano Peligroso, Op. Cit.
[16]CETIPPAT, Plan Nacional de Erradicación del Trabajo Infantil y Protección de las Personas Adolescentes Trabajadoras, 2007 – 2011, Panamá, junio de 2006.
[17]ACP –USAID, Diagnóstico Participativo Socio Ambiental y Organizativo del Tramo Alto de la Subcuenca del Río Chilibre, Panamá, 2006.
[18] “Fiebre del hierro llega a los hogares chorreranos”. En Panamá América, Panamá, jueves 10 de mayo de 2007.

7 comentarios:

  1. Serián tan amable de comunicarme que significa:33.2 g EQT/año y (6.6g EQT/año). Porfavor se los agradecería mucho.Gracias, espero su respuesta

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  2. Para los efectos de este reglamento se entiende por:
    - Dioxinas: Familia de compuestos clorados relacionados entre sí desde el punto de vista
    estructural y químico, constituida por Dibenzo-para-dioxinas policloradas (PCDD) y
    Dibenzofuranos policlorados (PCDF).
    - Bifenilos Policlorados Coplanares: Algunos PCBs que poseen propiedades tóxicas similares
    a las dioxinas.
    - Equivalencia Tóxica (EQT): valor relativo calculado multiplicando la concentración de un compuesto análogo a las dioxinas por el factor de equivalencia tóxica (FET).
    - EQT/OMS: Equivalencia Tóxica de la Organización Mundial de Salud para Dioxinas y
    PCBs coplanares, basada en factores de equivalencia tóxica (FET).
    - Factor de Equivalencia Tóxica (FET): estimaciones de la toxicidad de compuestos
    análogos a las dioxinas en relación con la toxicidad de 2,3,7,8-Tetraclorodibenzo-pdioxina(TCDD), a la que se asigna un FET de 1.

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  3. Vamos verde esta tierra con el fin de mantener a nuestros hijos

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  4. Hola me gustaría saber de donde obtuvo esa información o a donde podría encontrar información sobre la exportación de basura en Panamá y el impacto que genera.

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