jueves, 25 de diciembre de 2014

La Deuda Externa de Panama 2000 - 2013 (Cifras)



El Banco Mundial ha publicado el documento "International Debt Statistics. 2015".  El equipo del Banco Mundial indica que la publicación, está diseñada para responder a a las demandas de los usuarios, ofreciendo datos completos oportunos sobre las tendencias de la deuda externa en los países en desarrollo y los países de altos ingresos.
Hemos seleccionado de dicha publicación los datos relacionados específicamente a Panamá. Esperamos que la información sea util para investigadores y representantes del sector empresarial. 
El documento completo se puede consultar aqui: http://data.worldbank.org/sites/default/files/ids2015.pdf



viernes, 10 de octubre de 2014

Panamá promueve Plantas Eléctricas con Biomasa



Francisco Rivas Ríos.




Resumen.
Panamá se encuentra al al borde de una crisis energética, como resultado de factores de corto y largo plazo que han provocado un desajuste entre la oferta que empieza a regazarse con relación a la demanda. Pero las inversiones en nuevas hidroeléctricas enfrentan cada vez una mayor resistencia de comunidades, incluso líderes políticos, razón por la cual emergen como alternativa más amigable las plantas eléctricas con biomasa.

Beneficios de la biomasa como fuente energética.
La biomasa con propósitos energéticos, se obtiene de materias y residuos forestales, agrícolas y acuícolas, de desechos urbanos (industriales y domiciliarios) así como también de cosechas cultivadas (plantaciones forestales, por ejemplo)mpara la obtención de combustibles. Su disponibilidad varía con el clima, el tipo de suelo, la geografía, la densidad de la población, las actividades productivas, etc. y puede clasificarse por su contenido de humedad, contenido de cenizas, poder calórico, densidad aparente, etc.

Los beneficios de esta fuente energética son múltiples:
  • La biomasa es un recurso que bien gestionado es prácticamente inagotable.
  • No aumenta el efecto invernadero dado que las emisiones de CO2 que se generan en el proceso son menores que las que hubiera provocado el no aprovechamiento de la biomasa.
  • El uso de biomasa de origen forestal disminuye el riesgo de incendios y de plagas de insectos.
  • La explotación de biomasa favorece la creación de empleo especialmente en áreas rurales.
Los usos de los diferentes tipos de biomasa se pueden clasificar principalmente en dos: térmicos y eléctricos. Mediante los biocarburantes (etanol, por ejemplo) se obtiene energía aprovechable para hacer funcionar los motores de combustión térmica transformándola en energía mecánica. Mientras que la generación de energía eléctrica se obtiene mediante la combustión de biomasa sólida, sin olvidar que a través la combustión de biogás tambien podemos generar ambos tipos de energía. 

El reto energético de Panamá.
La tasa de crecimiento de la demanda máxima anual del sistema creció, en el período, a una tasa anual acumulada de 7%, superando los 1,000 MW en el año 2007. Ha llegado a niveles que requieren de una fuerte inversión para lograr suplirla en el corto plazo, pues la holgura del sistema es muy poca, provocando niveles muy difíciles de cubrir, al punto que en abril de 2008, se tomaron fuertes medidas de ahorro energético para evitar racionamientos de energía. El día 16 de abril de 2007 se registró la demanda máxima del SIN, que fue de 1,024.16 MW. Esta demanda máxima fue superior a la del año anterior, cuando el 27 de septiembre de 2006 se registró una demanda de 971.34 MW. La demanda máxima del sistema creció entre 1996 y el 2007 a una tasa anual acumulada de 4.71%.

De acuerdo con la Secretaría Nacional de Energía (adscrita a la Presidencia de República) se prevé que la demanda de energía eléctrica crecerá anualmente entre 7.46% y 7.88% a corto plazo (2013-2016), para los escenarios medio y alto respectivamente.

El sistema necesita, de forma urgente, 200 megawatts de energía para garantizar el suministro. Hoy la demanda es de 1,495 megawatts, mientras que la oferta es de 1,600 megawatts. Se estima que la inversión para estabilizar el sistema ronda los 5 mil millones de dólares.

Para enfrentar la situación el Gobierno panameño recurrió a varias medidas de corto y largo plazo:

1) La convocatoria a corto plazo de una licitación pública para la generación de 250 a 300 megavatios de energía eléctrica a través de plantas térmicas para suplir los requerimientos de la demanda nacional en los años 2015, 2016 y 2017. 
2) La estructuración a mediano plazo de planes de contingencia para la compra de energía a Centroamérica y Colombia, en tanto se construyen las líneas 3 y 4 de transmisión eléctrica.
3) A largo plazo se contempla la licitación y construcción de la tercera y cuarta línea de transmisión. Además, se contempla racionar la primera y segunda línea de transmisión para mejorar su capacidad para transporte de energía. 
4) Igualmente a largo plazo, el gobierno contempla el ingreso al mercado de generación de la hidroeléctrica Chan II, que generaría 200 megavatios, y de la conexión con Colombia, que aportaría por lo menos 400 megavatios, para satisfacer la demanda, que anualmente crece entre 6% y 7%. Todas las alternativas sin duda significará nuevas alzas en la tarifa eléctrica.

Oposición de comunidades a las hidroeléctricas.

Existen distintas manifestaciones sociales que indican un creciente conflicto entre las comunidades y los inversionistas propietarios de hidroeléctricas.

El 18 de agosto de 2009, la Autoridad Nacional de los Servicios Públicos (ASEP), por ejemplo, otorgó un Contrato de Concesión a la empresa HIDROIBÉRICA, S.A., para la construcción y explotación del proyecto hidroeléctrico El Fraile, “la cual aprovechará las aguas de Río Grande, situado en el corregimiento de Guzmán, distrito de Natá, provincia de Coclé, con una capacidad instalada de 3.93 MW”.

Las comunidades aledañas, agrupadas en la Coordinadora en Defensa de las Tierras y Aguas de Coclé (CODETAC), al no percibir  beneficios sociales del Proyecto, lograron que el 12 de marzo de 2012 se presentara a consideración de la Asamblea Nacional un Anteproyecto de Ley “Que obliga a la Hidroeléctrica del Fraile a prestar servicio de luz eléctrica gratuita y otros servicios a las comunidades Los Paulinos, Caimitillo, Rio Grande, El Otoal, Camino Al Sapillo, La Yeguada, El Corotú y Otras Áreas Circundantes”. 
En opinión de la diputada proponente: “estas empresas utilizan la única vía terrestre que poseen dichas comunidades, donde, además, extraen la electricidad y, sin embargo, los residentes no pueden acceder al servicio de energía eléctrica”. 

Considerando que la empresa propietaria de la Hidroeléctrica no cumplió con lo solicitado, se presentó a consideración de la Asamblea Nacional el Proyecto de Ley: “Que prohíbe el desarrollo, exploración y/o construcción de hidroeléctricas en todo el cauce del Río Grande y Río Coclé del norte, localizados en los Distritos de Penonomé y La Pintada, respectivamente, y del Río Chico localizado en el Distrito de Natá, de la Provincia de Coclé”, presentado en la Comisión de Población y Ambiente de la Asamblea Nacional el 9 de septiembre de 2013. Esta iniciativa, de aprobarse, establecería restricciones a nuevas inversiones en el sector hidroeléctrico dentro de la cuenca del Río Grande.

Mientras tanto, el Río Santa María ha sido escenario de importantes conflictos protagonizados por campesinos y ambientalistas, muchos de ellos agrupados en la Unión de Indígenas y Campesinos de Veraguas, en contra principalmente de 10 proyectos hidroeléctricos en los ríos Santa María, Gatú, San Juan, Cobre, San Pablo, Cañazas, Corita, Tabasará, y Viguí.  La discrepancia entre los usuarios en torno al recurso hídrico de la Cuenca, ha provocado importantes movilizaciones, incluso enfrentamientos con la Policía Nacional. 
En esta región CATHALAC está proporcionando apoyo a la Fundación Héctor Gallego en Santa Fé de Veraguas (2013), incluyendo una evaluación de biomasa en bosques de pino en la reserva forestal de La Yeguada.

La Ley 42 de 20 de abril de 2011 (Biomasa).
El estado panameño se encuentra buscando otras alternativas orientadas a diversificar la matriz energética, las cuales generen un menor nivel de conflictividad. 

El 20 de abril de 2011, el Asamblea Nacional de Diputados de Panamá, aprobó la Ley 42 “Que establece lineamentos para la política nacional sobre biocombustibles y energía eléctrica a partir de la biomasa en el territorio nacional”. De acuerdo con la exposición de motivos, la Ley pretende dar respuesta a problemas de saneamiento ambiental, la protección de salud, la dinamización de la  producción agropecuaria, la generación de empleo, la autosuficiencia energética, y  la inversión local y extranjera (Art.1).

En el texto jurídico, queda claro que la principal preocupación radica en la insuficiencia energética del país, proponiendo un marco favorable a las inversiones tanto extranjeras como locales, para impulsar la generación y/o cogeneración de energía eléctrica a partir de biocombustibles y la biomasa.  

Si bien la Ley 42 da prioridad a la producción de bioetanol de la caña de azúcar y establece un amplio marco de incentivos, principalmente la obligatoriedad  de su venta en las estaciones de servicio (Art. 32), también dispone una central de generación y/o cogeneración  eléctrica nueva, renovable y limpia que utiliza recursos provenientes de fuentes de biomasa renovables. En tal sentido menciona todas las líneas, subestaciones y sistema de distribución y/o transmisión necesarias para la debida conexión de sistemas de distribución al sistema de transmisión.

Las Plantas de Biomasa están sujeta a las disposiciones de la Secretaria Nacional de Energía, el ente rector de la política nacional. Esta Secretaria y el Ministerio de Economía y Finanzas administran 7 instrumentos (exenciones) para incentivar las inversiones extranjeras y locales:

  • Exención del impuesto de importación, de aranceles, tasas, contribuciones.
  • Exención del impuesto de transferencia de bienes corporales muebles y la prestación de servicios.
  • Exención del impuesto sobre la renta, por un periodo de diez años, a partir de la entrada en operación comercial.
  • Exención del impuesto sobre la renta, aplicables a los ingresos generados por la venta de Certificados de Reducción de Emisiones (Bonos de Carbonos).
  • Pago de Licencia Industrial, Licencia Comercial, Aviso de operaciones, así como la Tasa de Control, Vigilancia y Fiscalización que deben pagar a la Autoridad Nacional de los Servicios Públicos, impuestos y/o tasas municipales, por un periodo de diez años, a partir de la entrada en operación comercial.
  • Exención del impuestos de prestación de servicios que sean necesarios para la construcción, operación y mantenimientos de las plantas de producción.
  • Los cargos de distribución y transmisión cuando vendan en forma directa o en el mercado ocasional, teniendo en cuenta que en ningún caso los costos de trasmisión o distribución serán traspasados a los usuarios, por un periodo de diez años a partir de la entrada en operación.

Al Ministerio de Desarrollo Agropecuario (MIDA) (Art. 33 de la Ley 42) se le asigna la tarea de promover la inversión local  para la expansión de cultivos agrícolas y el desarrollo de instalaciones agroindustriales para la producción de materias primas para la obtención de biocombustibles o biomasa necesaria para la generación y/o cogeneración de energía eléctrica. 

La Empresa de Transmisión Eléctrica, S. A. es el gestor de compra de potencia y energía para las empresas de distribución eléctrica, de acuerdo con lo establecido en el artículo 155 de la Ley 6 de 1997.

Recientemente, los empresarios Stanley Motta de Panamá y Carlos Pellas de Nicaragua se unieron para adquirir el 30% cada uno de la empresa costarricense Tico Fruit, quedándose con la mayoría de las acciones de esta compañía, mientras que su fundador Carlos Odio se queda con el 40%. Se ha informado que en el futuro estos empresarios evaluan incursionar en una planta de biomasa.




martes, 30 de septiembre de 2014

Panamá crea el Ministerio del Ambiente



Francisco Rivas Ríos.


En un contexto caracterizado por procesos de degradación ambiental en todo el territorio, la Asamblea Nacional de Diputados de Panamá ha iniciado la discusión del Proyecto de Ley que crea el Ministerio del Ambiente. El propósito es elevar la Autoridad Nacional del Ambiente (ANAM)  a categoría de Ministerio "para promover que la variable ambiental sea incorporada en las decisiones de Estado sobre el desarrollo nacional para asegurar una mejor calidad de vida para los habitantes de nuestro país".

Los proponentes argumentan que la creación de dicho Ministerio permitiría fortalecer la institucionalidad ambiental y como antecedentes se menciona la reciente crisis vivida por los habitantes de la península de Azuero por la contaminación del Río La Villa (Nota: curiosamente la region de Azuero fue excluida de la reuniones de consulta por la Comision Legislativa que trata el Proyecto). Se preguntan: ¿De qué nos servirá instalar sistemas de agua potable, si nuestras cuencas hidrográficas han sido degradadas? ¿Cómo podremos promover un turismo con visión de estado si nuestro sistema de áreas protegidas ha sido abandonado? "La creación del Ministerio del Ambiente es un elemento estratégico para el éxito de una política integral de Nación que pondrá las riquezas del país al servicio de los panameños con equidad y transparencia".
  1. Los temas principales de la Ley.
El anteproyecto recoge normas en torno a cuatro ejes fundamentales:
  • La gobernanza ambiental como espacio político para informar, consultar y concertar soluciones nuevas.
  • La modernización de los procesos de evaluación de impacto ambientales.
  • Los recursos marino-costeros desde un enfoque ecosistémico.
  • Temas nuevos para una gestión ambiental moderna (enfocado en la Evaluación Ambiental Estratégica).
Con relación a la “Gobernanza ambiental” se establece que la Ley provee espacios renovados y fortalecidos para promoverla a diferentes escalas geográficas. Tal es el caso de las comisiones consultivas nacionales, provinciales, distritales y comarcales del ambiente. Estas instancias servirán para que diversos representantes de la sociedad panameña puedan recibir información, manifestar sus preocupaciones, hacer recomendaciones y propuestas al Estado en materia ambiental.

Por otra parte la modernización de los Estudios de Impacto Ambiental (EsIA), consistiría principalmente en que los procesos de evaluación, desde la preparación del estudio hasta el planteamiento de medidas de adecuación y manejo,”deben dejar de verse como un simple trámite, como una patente de corso para hacer y deshacer con los recursos naturales y el ambiente, según convenga”. Se requiere más bien que este proceso sea apreciado por los promotores como una herramienta clave para el éxito de sus inversiones, como un seguro que anticipa riesgos y previene pérdidas. Debe ser visto por la comunidad como una oportunidad para hacer calar sus consideraciones y buscar mecanismos que construyan un desarrollo económico, social y ecológicamente inclusivo.

Con relación a los recursos marino-costeros, estos pasarán a ser una responsabilidad el Ministerio del Ambiente (hasta ahora una función de la Autoridad de los Recursos Acuáticos de Panamá – ARAP). 

En calidad de nuevo tema ambiental, la ley que crea el Ministerio del Ambiente incorpora la evaluación ambiental estratégica (EAE), caracterizada como  una herramienta para la toma de decisiones que refuerza los compromisos que debe tener la sociedad con un desarrollo sustentable, una gestión eficiente y una economía verde cada vez más respetuosa del ambiente. La evaluación ambiental estratégica permite la integración de las variables ambientales en el desarrollo de planes, programas y políticas.


  1. 2.    Cambios en el enfoque: omisiones y riesgos.

En lo esencial, la creación del Ministerio del Ambiente introduce dos cambios: 1) procura establecer mecanismos para que las empresas apliquen los Estudios de Impacto Ambiental y estos documentos dejen de ser un mero requisito formal necesarios para autorizar la puesta en marcha de nuevos proyectos; y 2) amplia su ámbito de gestión y operación hacia los recursos marino costeros.

El artículo 23 propone la primacía de los Estudios de Impacto Ambiental, en la tramitación de permisos y/o autorizaciones relativas a actividades, obras o proyectos que otorgan otras entidades públicas, pues “Dichos Dichos permisos y/o autorizaciones serán otorgados una vez sea aprobado el Estudio de Impacto Ambiental correspondiente”.

El artículo 24 agrega, a los procesos de participación ciudadana: “…4. El seguimiento, control, fiscalización y evaluación de la ejecución tanto del Plan de Manejo Ambiental (PMA) como del Estudio de Impacto Ambiental aprobado y del contenido de la resolución de aprobación”

El artículo 30 amplia las sanciones a las empresas por incumplimiento de los estudios de impacto ambiental, adicionando “o cualquier otro instrumento de gestión ambiental”.

                a) Someter la dinamica de crecimiento a la institucionalidad ambiental ?.
Esta ha sido una larga aspiración de las organizaciones ambientalistas y comunidades, afectadas por el impacto ambiental de las inversiones privadas y públicas. La perdida de manglares, deforestación, contaminación de cuencas hidrográficas, manejo inadecuado de residuos sólidos y líquidos, entre otros, han contribuido a deteriorar la calidad de vida de las poblaciones sin que se perciba que los responsables reciban las sanciones correspondientes ni introduzcan los correctivos requeridos en los procesos productivos. Un clima de impunidad parece prevalecer, para decepción de los ciudadanos.

La creación del Ministerio del Ambiente apunta a que los Estudios de Impacto Ambiental, obligatorios para cualquier nuevo emprendimiento, dejen de ser un mero requisito formal para convertirse en una herramienta de aplicación práctica, cuya implementación será monitoreada por los funcionarios del nuevo Ministerio. Ya las empresas no solo serán sancionadas en caso de que tales Estudios no sean presentados, sino también si los planes de manejo ambiental resultantes no son aplicados.

Sin embargo, apelar a un marco institucional y mecanismos sancionatarios para revertir un modelo de desarrollo insostenible impuesto por el sector productivo (tanto privado como estatal), podria convertir al Ministerio del Ambiente en una iniciativa más. En otra oportunidad hemos escrito el articulo "Panamá: los retos ambientales en un país de banqueros y comerciantes" (http://wp.me/pI43Y-e5). Concluíamos en que "...  la visión cortoplacista y desaprensiva de banqueros y comerciantes en materia ambiental ha permeado a otros sectores empresariales, con los que mantienen estrechas relaciones económicas e incluso familiares: el sector inmobiliario, turístico, construcción, minero, energético, etc. Estos sectores están actuando de manera agresiva y sin contemplaciones sobre los recursos naturales contribuyendo a la deforestación, la destrucción de manglares, la sobreexplotación de los recursos hídricos, entre otros impactos ambientales destructivos".

Para incidir en un nuevo modelo de desarrollo económico más sostenible, no basta la ecuación Ministerio del Ambiente - Sector Privado/Publico, porque la balanza se inclinará inexorablemente en el último componente. Es necesaria la participación del tercer sector: la sociedad civil organizada, incluyendo ciertamente ONGs y comunidades, pero especialmente sindicatos y gremios de los sectores medios. Sin una amplia base social de apoyo, el Ministerio del Ambiente nacerá muerto.

                b) El complicado mundo de los recursos marino costeros.
Las organizaciones científicas y ambientalistas que promueven la protección de las áreas protegidas en las áreas marino costeras, sin duda estarán de plácemes con la decisión de incorporar estas áreas a la jurisdicción del Ministerio del Ambiente. Sin embargo, esto conlleva riesgos institucionales por el carácter crítico y socialmente explosivo del sector. A la fecha, ambientalistas y científicos no han logrado estructurar una estrategia que articule conservación con desarrollo económico local, a pesar de algunos proyectos aislados focalizados en la actividad turística.

Desde 1950 ha predominado un modelo de explotación “depredador” de los recursos marino – costeros, con actividades extractivas de los manglares, pesca industrial/ artesanal y desarrollo turístico, lo cual ha conducido a una crisis económica, social e institucional en pleno desarrollo. La respuesta (contradictoria) del estado panameño se ha caracterizado por: a) una legislación restrictiva  (áreas protegidas, establecimiento de vedas, etc.), con serias deficiencias en los sistemas de mando y control; y b) una política “permisiva”  destinada a propiciar la inversión privada para reactivar las economías locales (acuicultura + turismo).

La situación actual de los recursos marino costeros de Panamá se caracteriza por:

  • La sobreexplotación de los recursos pesqueros, especialmente por el alto esfuerzo industrial y artesanal. Particularmente relevante es la utilización por la industria camaronera  de las redes de arrastre.
  • El incremento de la contaminación de las áreas marino costeras (manejo inadecuado de los residuos sólidos, falta de tratamiento de los vertidos y aguas negras, uso intensivo de agroquímicos).
  • Actividades extractivas insostenibles en el área de manglares (leñateros, concheros, pescadores artesanales).  
  • El auge de la construcción por el turismo residencial incrementa la extracción de arena y genera empleos, pero contradice la normativa ambiental del país.

La depredación de los recursos en el borde costero, y la disponibilidad de embarcaciones mejor equipadas y de mayor calado,  impulsa a los pescadores artesanales e industriales a invadir las áreas protegidas, convirtiéndose estas en escenarios de un conflicto en curso.  Comunidades artesanales y grandes industriales de la pesca han entrado en conflicto con la institucionalidad ambiental, y esta es una pesada "herencia" del joven Ministerio del Ambiente.

              c) La base social de apoyo del Ministerio del Ambiente: conceptos e instrumentos.

En Panamá el abordaje de la problemática ambiental se ha realizado con especial énfasis en lo ecológico o en las áreas naturales, lo cual es especialmente promovido por organizaciones conservacionistas e investigadores. El esfuerzo tesonero de organizaciones y personas está fuera de duda, pero este enfoque ha resultado insuficiente para movilizar a la sociedad en defensa de los recursos naturales.

De este esfuerzo han estado ausentes la corriente del ecodesarrollo que promueve la incorporación de la variable ambiental en los procesos de desarrollo, especialmente económicos, así como la tendencia más reciente que profundiza en las relaciones productivo-ecológicas de una unidad ambiental, promovida por organizaciones de desarrollo e investigación agrícola y alimentación.  

El Ecodesarrollo es un movimiento que propugna un modelo alternativo de desarrollo económico mediante el uso racional de los recursos naturales y la mejora de las condiciones ambientales. El concepto de región, usado con fines político-administrativos y geográficos, es definido como “una unidad territorial urbana- rural que mantiene relaciones productivas y ambientales integradas”. La virtud de este enfoque es que incorpora los procesos productivos, por ende a los empresarios, e introduce el ámbito urbano .

La tendencia de las relaciones productivas – ecológicas pone énfasis en la sostenibilidad agroecológica, la cual se compone del desarrollo de la agricultura, y consecuentemente de la satisfacción de necesidades humanas, especialmente la alimentación, y del mantenimiento de las condiciones ecológicas del sistema.

Estas omisiones son manifiestas en el texto del Proyecto de Ley cuando reduce la nueva temática ambiental a la Evaluación Ambiental Estratégica, sin hacer referencia alguna al concepto de Ecorregión,  definida como un espacio de intervención, ya sea para conservar especies en extinción o algún ecosistema frágil, para mejorar las condiciones de vida de los agricultores, o para mejorar la interrelaciones urbano-rurales que configuran la dinámica regional. Conceptos integradores de esta índole permitirían incorporar en los procesos de análisis y planificación a actores hasta ahora elusivos, como los empresarios del campo y la ciudad.

Además de estos aspectos conceptuales, es necesario crear estructuras comunitarias de apoyo al Ministerio del Ambiente. Hemos sugerido, por ejemplo, que las comunidades pueden colaborar de manera eficaz con las autoridades locales, en la identificación y sanción, de acuerdo a la legislación vigente, a las empresas y personas que persisten en la práctica de depositar grandes cantidades de residuos en áreas no autorizadas, con afectaciones a la salud y el ambiente. Incluso hemos elaborado un Manual para Vigilantes Ambientales Comunitarios: (http://wp.me/pI43Y-5X).